Incompatibilidad 2 parte

Quiero dar las gracias a todos los que han tenido la amabilidad de contestar y comentar mi último post de este blog referente a la relación entre amor y BDSM. Pero al mismo tiempo que mi agradecimiento, quiero también mostrar la convicción en los argumentos que exponía en aquel comentario. Comprendo que haya personas que no estén de acuerdo con lo que allí se decía, que todos aquellos que mantienen una relación de BDSM y al mismo tiempo están enamorados de sus Amos o de sus esclavas no estarán de acuerdo conmigo.
Pero son una minoría y, en cualquier caso, la excepción que confirma la regla. Naturalmente que hay gente en el BDSM que están enamorados de sus parejas pero yo no cuestionaba eso. Lo que yo consideraba y considero incompatible es la conjunción de una relación amorosa estable y duradera y una vida de sumisión, de sometimiento o de dominación. No dedicar una hora o dos o un día o cincuenta días al BDSM, sino vivir el BDSM como forma de vida, sentirse sometida a una persona y ser capaz de aceptar cualquier orden, cualquier humillación o cualquier vejación en cualquier momento, veinticuatro horas al día, trescientos sesenta y cinco días al año.
Me dicen que la esclava es esclava por amor a su Amo. No lo creo. La esclava es esclava porque le gusta estar sometida, sentirse humillada, obedecer y servir. Por supuesto que la meta es conseguir la satisfacción del Amo y a través de ello la suya propia pero como un acto de sumisión hacia otra persona, no como un acto de amor. No se puede ser esclava y compañera, esclava y amiga, esclava y estar al mismo nivel que tu amante y, la verdad, para que una relación amorosa sea feliz y duradera ambas partes deben ser amantes, amigos, compañeros y tratarse de igual a igual. Todo lo demás no me convence aunque, por supuesto, es sólo una opinión, ni más ni menos válida que cualquier otra.