viernes, noviembre 30, 2007

En el sex-shop



Hace unos días mi Amo me mandó visitar un sex-shop para ver la posibilidad de adquirir algún juguete que pudiera servirme en mi condición de esclava. En concreto, fui a por unas bolas chinas pero aprovechando que estaba allí y que iba acompañada por otras dos chicas decidimos rebuscar un poco por todos lados ante la atenta mirada del dependiente, un fornido chico poco hablador (No sé por qué la mayoría de los dependientes de sex-shop se ponen nerviosos cuando entramos chicas en la tienda). Bueno, el caso es que estuve viendo distintos tipos de vibradores y que hubo uno que me llamó poderosamente la atención. Según me contaron, y aparte de su espectacular tamaño, tenía un depósito en el que se introducía una sustancia que venía en sobrecitos aparte, con la misma textura, olor y sabor que el verdadero semen.
¡Qué barbaridad! ¡Qué inventos!
Se me olvidó preguntarle al dependiente si el lote incluía también preservativos porque, la verdad, no me apetece nada la idea de quedarme embarazada.

jueves, noviembre 22, 2007

Privación sensorial


Una de las actividades de BDSM que más me han impactado, hasta el extremo de provocarme al mismo tiempo, una innegable excitación y una angustia colosal, es la privación sensorial en cualquiera de sus grados aunque, naturalmente, cuanto mayor es la privación más intensas son las sensaciones.
Usualmente, mi Amo me ordena permanecer en un espacio reducido, a veces el interior de un armario, desnuda y de rodillas, absolutamente a oscuras, totalmente en silencio, sin ningún sabor en mi boca, sin ningún olor que percibir y, generalmente, con los ojos vendados, amordazada y esposada. En esa situación debo permanecer el tiempo estipulado por mi Señor, un tiempo que hasta el momento nunca ha superado la media hora.
No son fáciles de describir las sensaciones que se obtienen pero sí se puede asegurar que no se asemejan en nada a las de ninguna otra actividad. Por un lado, el estar en manos de mi Amo, indefensa y aislada de cualquier sensación física, hace que me sienta profundamente sometida y dependiente lo que, lógicamente, provoca a su vez una sensación placentera y satisfactoria. Pero por otro, esa oscuridad total, ese silencio completo, la ausencia de olores o sabores, ese espacio tan reducido y esa inmovilidad provocan un aislamiento y una falta de sensaciones físicas que se van haciendo más intensas con el paso de los minutos hasta hacer peligrar mi sentido de la orientación y mi propia realidad. De ese modo y si la experiencia es lo suficientemente prolongada, pierdo la percepción de los sentidos y del espacio que me rodea, escucho mi propio silencio y me siento transportada a un espacio que acaso es límite entre la realidad y la fantasía. Es entonces cuando empiezo a tener miedo, un temor que me hace desear salir corriendo pero también otra sensación de introspección, de mirar en mi interior y tratar de descubrir lo que de otra forma no podría averiguar.
No soy capaz de imaginar lo que ocurriría si el tiempo en el que mis sentidos están privados fuese mayor, varias horas o incluso más, pero aunque hasta el día de hoy carezco de esa experiencia, estoy convencida de que sería algo por igual destructivo y extasiante, una mezcla de angustia total y de placer desbordado, una vivencia que no todo el mundo sería capaz de soportar.

jueves, noviembre 15, 2007

Esclava trabajadora



Hace unos días mi Amo publicó una encuesta en su página web en la que se preguntaba a las esclavas si estarían dispuestas a renunciar a su trabajo ante una eventual petición de sus Amos. Posteriormente, y dado que una encuesta no permite matizar bien una respuesta, ha escrito un artículo sobre el tema, y hoy me gustaría hacer alguna reflexión desde el punto de vista de la esclava.
Si mi Amo me hiciera algún día esa pregunta sería sin duda una de las cuestiones más difíciles de responder. Mi primera reacción sería decirle que sí, que renunciaba a todo para ser, exclusivamente, una esclava a su servicio. No debe haber nada más hermoso para una esclava que dedicarse por entero a su Amo, sin que ninguna otra actividad la distraiga de esa obligación. Pero pasado un rato empezaría a pensar que posiblemente me había precipitado en mi respuesta e iría corriendo a preguntarle si aún estaba a tiempo de rectificar. Y es que la decisión no es tan sencilla como parece a simple vista. En primer lugar habría que ver el tipo de trabajo que se tiene porque no es lo mismo renunciar a una labor que se puede retomar en cualquier momento que hacerlo a otra ocupación que necesita reciclaje, aprendizaje o estudios, como tampoco es igual un trabajo para el que hay oferta que otro para el que no la hay. Porque, ¿que sucedería si después de abandonar el trabajo o la profesión el Amo expulsase a su esclava de la cuadra por cualquier razón? ¿O si se rompe la relación? ¿O si el Amo se traslada a otro país u otro continente a trabajar? ¿Pueden todos los Amos mantener económicamente a sus esclavas? ¿Es deseable que lo hagan?
Finalmente, una última consideración. Una persona pasa muchos años de su vida para conseguir llegar a una meta, a veces veinte o más años y en ese caso, ¿es lógico que tire por la borda todos esos años o es justo que su Amo se lo pida para hacer algo que puede hacer perfectamente aunque siga trabajando?
Imagino que cada uno tendrá su propia respuesta.

lunes, noviembre 12, 2007

Utopía o locura


Vive en una mazmorra que no es otra cosa que una habitación más que el Amo ha adecuado convenientemente. Allí permanece buena parte del día, desnuda y a cuatro patas. Allí duerme en el interior de una jaula que su Señor no quiere cerrar por precaución. Allí come, directamente de un bol y bebe de otro, sin poder usar las manos, cada vez más cerca de convertir sus hábitos en los de una verdadera perra.
Pero no siempre es así. Hay días en los que vive en la casa junto a su Amo, en los que duerme en el dormitorio, a los pies de su Amo, en los que come en la mesa, tras el permiso de su Amo. Esos días realiza las tareas domésticas, acude a comprar al mercado y mantiene la casa en orden. Esos días puede ir vestida, siempre sin ropa interior, siempre con las prendas que se le ha indicado.
Hay días en los que sale a pasear con su Amo, va al cine o acude a un restaurante, donde comparten una tranquila cena entre sonidos de música suave y luces de velas sobre las mesas.
La esclava ha cedido el cuerpo y la mente a su Amo y se ha convertido en su propiedad más absoluta mientras que él, a su vez, se ha comprometido a mantenerla, a cuidarla, a protegerla y a adiestrarla para hacer de ella una esclava feliz. Para ello, el Amo se ha ganado la total confianza de ella, la aceptación de su sometimiento, la renuncia a cualquier derecho o a cualquier limitación. Es esa la razón de que la esclava no posea nada y de que, de vez en cuando, él la requiera para celebrar lo que se denomina una sesión y en la que los azotes, las ataduras, la humillación, la cera, los estiramientos o cualquiera otra de las actividades que allí se desarrollan no son más que métodos de adiestramiento para someterla convenientemente, para que no se rebele nunca.
No se va a rebelar. La esclava es consciente de quién es, un ser sin derechos, con un cuerpo y una mente que no le pertenecen, con una voluntad que está sometida a los deseos de su Dueño, con una vida dedicada a servirle, con el deseo inequívoco de ser usada, con la renuncia voluntaria y consciente a cualquier privilegio.
Alguien llamará a todo eso locura, inconsciencia o disparate. La esclava lo llamó siempre utopía; ahora ya lo llama felicidad.

Castigo

No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
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No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
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No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario
No debo olvidarme de escribir mi diario

viernes, noviembre 09, 2007

Esclava 24/7


Estoy convencida de que para una amplísima mayoría de las esclavas la meta final de su sumisión es convertirse en una esclava 24/7. Ninguna situación que no sea un sometimiento completo y absoluto sin más límites que los concedidos por el Amo puede ser enteramente satisfactoria para una esclava que viva su condición como la forma de vida deseada. Sin embargo, y por supuesto desde mi personal punto de vista, no es fácil alcanzar un consenso sobre lo que es y representa una situación de esclavitud 24/7 o de esclavitud total.
Es una opinión generalizada que la esclava 24/7 es aquella que convive con su Amo y que ejerce su papel durante las veinticuatro horas del día a tiempo completo. Es decir, la que duerme junto a su Dueño o en la mazmorra dispuesta al efecto, la que se levanta y se dedica a su labor de criada, la que está siempre a punto para una sesión o la que permanece desnuda durante todo el día, por citar sólo algunos ejemplos.
Yo no opino lo mismo. Creo que se puede ser esclava 24/7 sin necesidad de vivir con el Amo, viéndose, por poner un ejemplo, algunas horas al día, incluso no todos los días, o estando juntos los fines de semana. También puede ser esclava total la que trabaja, la que estudia, la que tiene una familia, incluso si vive con ella o la que dispone de bienes materiales.
Tomemos el caso hipotético de una esclava que viviese la siguiente situación:
- Tiene controladas todas las salidas para las que debe pedir permiso, a excepción de las que efectúa para ir a trabajar cuya autorización está concedida de antemano.
- Tiene controladas las comidas (desayuno, almuerzo y cena) y las bebidas, de modo que su Amo puede prohibirle cualquier cosa o imponerle otra.
- Tiene controlado su acceso al baño, que únicamente puede utilizar en las horas permitidas.
- Tiene controlada la apariencia externa en el sentido de que el peinado, el maquillaje, los abalorios y la ropa son las que su Amo desea en cada momento, incluyendo el llevar o no ropa interior.
- Tiene controlada su cuenta de correo electrónico y su libreta de contactos.
- Tiene controlada su propia sexualidad, de manera que no puede ejercitarla ni con otros ni consigo misma a no ser que disponga de autorización. En cambio, tiene obligación de practicarla cuando es requerida para ello.
- Tiene controladas las horas de sueño debiendo pedir permiso para acostarse y para dormir.
- En ausencia de terceras personas debe permanecer siempre desnuda, desplazarse a cuatro patas y usar exclusivamente el suelo para sentarse o para tumbarse.
- No puede ingerir ningún producto o sustancia que su Amo considere dañina o perjudicial para su salud.
- No puede modificar su aspecto corporal sin permiso y debe ir marcada las veinticuatro horas del día.
- También durante las veinticuatro horas debe guardar la compostura sentándose erguida, no cruzando las piernas, mostrarse amable con todos, no discutir ni alzar la voz, no decir palabras malsonantes y emplear el lenguaje adecuado.
- Puede ser requerida en cualquier momento para cumplir cualquier orden, tarea o cometido con la única salvedad de que no perjudique su trabajo o su relación familiar.
- Vive con su familia y no ve a su Amo todos los días.
La pregunta final de este comentario es obvia. ¿Estaría la esclava del ejemplo dentro de lo que podría considerarse una esclava 24/7?

jueves, noviembre 01, 2007

La opinión de los actores



Hoy inauguro en este blog lo que bien podría llamarse una nueva sección, en la cual pretendo que con una periodicidad mensual, un Amo, una esclava o una sumisa, tanto hombres como mujeres, respondan al cuestionario que les presentaré para plasmar en él su visión del BDSM, sus vivencias y experiencias, así como las de las personas con las que se relacionan.
Para esta esclava es un orgullo que mi propio Amo, el Señor Tarha, haya accedido a ser el primero en exponerse a las preguntas de su esclava e inaugurar de esa forma esta nueva idea que hoy plasmo en mi blog.


¿Cómo supo usted que deseaba entrar en el mundo del BDSM y que quería ser Amo?
Fue estando en Madrid, allí conocí a una chica,(Salíamos juntos desde hacía un tiempo, y entonces ella me insinuó que le gustaba sentirse dominada, que con su anterior pareja había probado la sumisión y que se había sentido muy bien, muy feliz, así que me habló de probarlo, hubo de insistir poco más la verdad. Así que organizamos una especie de sesión, digo una especie porque uno no sabía bien ni que había que hacer y menos aún cómo. Lo cierto es que pese al desastre que fue aquella vez, ya no concibo una relación si no es BDSM.

¿Es partidario de vivir con la esclava o prefiere encuentros diarios o cada cierto tiempo?
Para mí el ideal es vivir cada día, cada minuto incluso.

¿Cree que una esclava debe sentirse permanentemente sometida y controlada?
Si a esa sensación la acompaña la de estar segura y feliz sí, si no diría que algo falla.

Califique por orden de mayor a menor las siguientes posibles faltas de una esclava (El mayor quiere decir el más grave)
1. La mentira
2. La desobediencia
3. El mal comportamiento
4. La mala educación
5. La reserva en sus actos

¿Cuál es el mayor castigo que ha impuesto a una esclava? ¿Y el segundo?
El vacio, no "verla", no "oírla", ni hablarle en x tiempo.
Sobre cuál sería el segundo, bueno, es algo complicado ya que no a todas les gustan las mismas cosas, ni les disgustan. Creo que es importante que el Amo conozca bien a su esclava de forma que aprenda que lo que a unas agrada a otras no. Por ejemplo tuve una esclava que una de las cosas que peor llevaba era que la hiciera salir a la calle vestida con un vestido que la tapaba totalmente, así que el segundo castigo más severo depende mucho de cada esclava de las que tuve.

¿Qué opina de la relación 24/7?
Es mi ideal, pero como tal se que es algo muy difícil de alcanzar, la convivencia de dos adultos lo es siempre. Pero siempre concibo que una relación bdsm no puede ser algo de fin de semana, para mí es una forma de vida, no un entretenimiento.

¿Ha cedido alguna vez a alguna de sus esclavas a otro Amo? En caso de hacerlo, ¿cuánto tiempo cree que es el ideal? ¿Daría total libertad al nuevo Amo?
Nunca he cedido aun a una esclava, y de hacerlo pondría limites muy claros y estrictos.

Durante los periodos de normalidad en la relación Amo/esclava, es decir, cuando ella está en el trabajo o realizando cualquier actividad de la vida diaria. ¿Cree que el Amo debe continuar ejerciendo su control y sometimiento? Es decir su adiestramiento.
Siempre que ello no ponga en riesgo su trabajo o sus relaciones familiares, sí.

¿Qué es lo que más le gusta de la relación BDSM? ¿Y lo que menos?
Que te obliga a esforzarte, a ser imaginativo.
Tanto falso amo y tanto salvaje como se esconden tras las siglas.

¿Cuál de entre las siguientes considera que sería la mejor situación? Puntúe de 1 a 5 (1 la mejor y 5 la peor)
1. El Amo y la esclava son pareja estable y conviven juntos.
2. El Amo y la esclava mantienen una relación exclusivamente BDSM
3. El Amo y la esclava son, además, pareja estable fuera del BDSM pero no conviven
4. El Amo y la esclava tienen otro vínculo familiar
5. El Amo y la esclava forman un matrimonio.

Por último mi Amo, me gustaría que describiese en pocas palabras cómo definiría a cada una de sus esclavas
Hum, es de veras complicado. A ti perrita te veo como muy lanzada, convencida y deseosa de
llegar a ser una buena esclava, de vivir totalmente sometida a tu Dueño. Para ti más que una
meta sería algo así como un sueño, el culmen de un ideal.
akane ha empezado con muchas ganas, pero por su menor experiencia, su educación es algo
más lenta, más cuidadosa si se quiere decir así. Estoy muy ilusionado con ella.