lunes, noviembre 12, 2007

Utopía o locura


Vive en una mazmorra que no es otra cosa que una habitación más que el Amo ha adecuado convenientemente. Allí permanece buena parte del día, desnuda y a cuatro patas. Allí duerme en el interior de una jaula que su Señor no quiere cerrar por precaución. Allí come, directamente de un bol y bebe de otro, sin poder usar las manos, cada vez más cerca de convertir sus hábitos en los de una verdadera perra.
Pero no siempre es así. Hay días en los que vive en la casa junto a su Amo, en los que duerme en el dormitorio, a los pies de su Amo, en los que come en la mesa, tras el permiso de su Amo. Esos días realiza las tareas domésticas, acude a comprar al mercado y mantiene la casa en orden. Esos días puede ir vestida, siempre sin ropa interior, siempre con las prendas que se le ha indicado.
Hay días en los que sale a pasear con su Amo, va al cine o acude a un restaurante, donde comparten una tranquila cena entre sonidos de música suave y luces de velas sobre las mesas.
La esclava ha cedido el cuerpo y la mente a su Amo y se ha convertido en su propiedad más absoluta mientras que él, a su vez, se ha comprometido a mantenerla, a cuidarla, a protegerla y a adiestrarla para hacer de ella una esclava feliz. Para ello, el Amo se ha ganado la total confianza de ella, la aceptación de su sometimiento, la renuncia a cualquier derecho o a cualquier limitación. Es esa la razón de que la esclava no posea nada y de que, de vez en cuando, él la requiera para celebrar lo que se denomina una sesión y en la que los azotes, las ataduras, la humillación, la cera, los estiramientos o cualquiera otra de las actividades que allí se desarrollan no son más que métodos de adiestramiento para someterla convenientemente, para que no se rebele nunca.
No se va a rebelar. La esclava es consciente de quién es, un ser sin derechos, con un cuerpo y una mente que no le pertenecen, con una voluntad que está sometida a los deseos de su Dueño, con una vida dedicada a servirle, con el deseo inequívoco de ser usada, con la renuncia voluntaria y consciente a cualquier privilegio.
Alguien llamará a todo eso locura, inconsciencia o disparate. La esclava lo llamó siempre utopía; ahora ya lo llama felicidad.

3 Comments:

Blogger Tarha said...

Locura es soñar con metas imposibles,felicidad es vivirlas.
Los durmientes,aquellos que nos miran mitad asombrados mitad envidiosos,solo saben soñar, nosotros vivimos.

05:29  
Blogger lilaNegra{AMANDA} said...

que bello escriben esos sentimientos, es una delicia leerles y sentir que comparto un poquito de eso que brindan en sus escritos
Besos

07:22  
Blogger Nuyum said...

Hermosa utopía vivir esa locura de esclavitud junto al Amo a quién amas y a quién te entregas...Hermoso post.

13:51  

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