BDSM y religión

Hoy he sabido algo que me ha llenado de inquietud. Y no tanto porque en algún momento me pueda afectar a mí, sino porque es algo en lo que no había pensado nunca, algo referido a los sentimientos más íntimos de la persona.
Resulta que he mantenido una conversación con una esclava amiga, durante la cual y entre otras cosas, me ha contado que con motivo de la Navidad su Amo le ha preguntado si le gustaba celebrar estas fiestas desde un punto de vista religioso, es decir, si era creyente.
Eso no hubiera tenido nada de particular si no hubiera sido por lo que surgió a continuación, la aclaración del Amo de que él no era creyente, y la observación de que ella tampoco podía serlo y que por tanto, tendría que renunciar a sus creencias.
No he hablado de este asunto con mi Amo y me arriesgo a dar una opinión sin que él la conozca previamente, pero creo que ningún Amo tiene derecho a urgar en las creencias de nadie y mucho menos a prohibir a otra persona, incluyendo a su esclava, tener los sentimientos religiosos que desee. En ningún caso creo que ése sea un asunto que entre en las atribuciones de un Amo o entre los deberes de una esclava, ni siquiera de una esclava 24/7, ni tampoco que forme parte de las actividades del BDSM.
Personalmente, soy creyente, aunque no todo lo cumplidora de mis obligaciones religiosas como debería ser, pero, de ninguna forma, estaría dispuesta a renunciar a ellas por imposición, incluso aunque ello me supusiera tener que abandonar la cuadra.