viernes, mayo 14, 2010

Anuncio

Nuestra amiga la esclava spica ha perdido su blog. Sorpendentemente y sin que ella haya hecho nada se ha encontrado con un anuncio que dice Blog eliminado. Según parece se ha eliminado la cuenta de Google y con ello el blog.
Como no ha sido capaz de restablecerlo, ha creado un nuevo blog que sustituya al anterior. Ella está preocupada porque ha perdido a sus seguidores y porque la gente no conoce el nuevo título y se encontraran con que no existe.
Por ello me ha pedido que ponga aquí la dirección de su nuevo blog para que todos aquellos que quieran volver a inscribirse como seguidores o para los que quieran visitarlo puedan hacerlo.
Gracias a todos.
La nueva dirección es:

sábado, mayo 08, 2010

Razones de una decisión


Si cuando respondí por medio de un email al post que había publicado el Amo Tarha en un foro y quedamos en mantener una conversación por medio del Messenger me hubiera topado con uno de esos Amos que lo primero que me hubiera dicho hubiese sido que me desnudara o que pusiera una cámara y me metiera esto y lo otro o me hubiera ordenado lo que es usual que ordenen este tipo de Amos, por desgracia tan abundantes, nunca habría sido esclava. Lo más probable era que a pesar de mi interés y mi deseo no hubiera vuelto a insistir, no se si asustada o asqueada o pensando que el BDSM no era lo que yo había pensado.
En vez de eso, me encontré con un Amo que se comprometió a enseñarme lo que era la sumisión, cómo se practicaba, en qué consistía. Durante semanas estuvimos hablando a diario desde un punto de vista teórico, sin órdenes, sin insultos, sin humillaciones hasta que un día me preguntó si quería ser su sumisa. Y ahí empezó todo.
Quise llegar a ser esclava porque para mí suponía un reto comprobar que había alguien que era capaz de dominarme, de someterme a sus deseos y a su voluntad. También porque me atraía ese tipo de vida y quería gozar de sus sensaciones pero, si bien es verdad que ese era mi deseo, la decisión de hacerlo, de ir adelante y de llegar al máximo posible fue gracias a que supe que se podía someter a una esclava con educación, con elegancia y con respeto. Tambien, por supuesto, con mucha dureza.