martes, junio 26, 2007
martes, junio 19, 2007
Hermanos

Mi Amo me contó ayer que en una ocasión conoció a una esclava cuyo Dueño era su propio hermano. No me lo contó mi Señor por iniciativa propia o porque quisiera provocar a su esclava con este tema, sino como respuesta a una pregunta mía acerca de su opinión sobre si éticamente era aceptable una relación de Amo/esclava en la que ambos fueran hermanos.
Supongo que habrá respuestas para todos los gustos y que dentro de ellas existirán matices en uno y en otro sentido, pero desde mi punto de vista podrían considerarse varias posibilidades.
La primera de ellas sería una relación completa y sin restricciones, es decir, la misma que mantiene esta esclava con su Amo, en la que no existieran más límites que los que previamente se hubieran consensuado.
Otra posibilidad sería una relación como la anterior pero en la que se hubiese excluido toda posibilidad de sexo, evitando de esa forma entrar en el tabú del incesto.
La tercera posibilidad sería más restrictiva y en ella se dejarían fuera todo tipo de sesiones, limitándose la relación a la dominación que el Amo ejerciera sobre su hermana en todos los ámbitos de la vida diaria. No habría sexo, ni azotes, ni desnudos y sí existiría, en cambio, el sometimiento de la esclava a su Amo.
Personalmente, no estoy segura de que cualquiera de estas tres situaciones sea éticamente aceptable, aunque no puede negarse de que el hecho de que sean hermanos los que mantienen la relación hace aumentar considerablemente la sensación morbosa de la misma.
Me gustaría dejar abierta la puerta para que todo aquel que esté interesado pueda dar su opinión mediante el oportuno comentario a esta introducción.
jueves, junio 14, 2007
sábado, junio 09, 2007
lunes, junio 04, 2007
Acuérdate de mí

Cuando estés en lo alto y hayas logrado tus objetivos,
acuérdate de mí.
Cuando disfrutes de cada azote, de cada humillación y de cada castigo,
acuérdate de mí.
Cuando consigas tu collar de esclava y cuando aprendas a vivir con él,
acuérdate de mí.
Cuando estés en tu rincón, cuando te sientas desnuda y vulnerable
acuérdate de mí.
Cuando llores de soledad, de incomprensión o te sientas fracasada,
acuérdate de mí.
Cuando estés frente a él, cuando seas la primera, cuando lo sientas como tuyo,
entonces, hermana, dile que se acuerde, también, de mí.