lunes, febrero 28, 2011

Una visita


La semana pasada tuve una sorpresa extraordinariamente agradable, después de tanto tiempo de llevar una vida rutinaria y casi desesperante. Vino a verme un antiguo amigo al que hacía alrededor de dos años que no veía. Además de amigo es colega y trabajamos juntos en el mismo departamento del hospital durante el año que pasé en el extranjero. Hicimos una buena amistad y aunque hemos mantenido un poco la relación a través de correos, no nos habíamos vuelto a ver.
Mi amigo apenas habla nada de español y cuando lo intenta hablar no hay más remedio que reírse de lo mal que lo hace. Me dijo que ya que iba a estar muy pocos días le gustaría conocer Avila y Segovia, dos ciudades de las que yo le había hablado en aquellos tiempos.
El sábado fuimos a Ávila, pasamos el día allí y nos quedamos en un precioso hotel y ayer domingo fuimos a Segovia hasta última hora de la tarde en que regresamos a casa. Le han encantado los dos sitios pero le ha gustado más Avila y dice que en cierto modo se parece un poco a algunas zonas de su tierra.
Me estuvo hablando del hospital y del trabajo allí y de que mi tutor, al saber que venía a España, le dijo que me diera muchos recuerdos. También me ha dicho que tengo las puertas abiertas para volver cuando quiera y tengo que confesar que es algo que he pensado muchas veces y que no descarto en absoluto. Aunque eso será el tiempo quien se encargue de decirlo.