miércoles, octubre 15, 2008

El último tren


Una de las mayores ilusiones que ha tenido en su vida ha sido ser esclava. Desde hace tiempo piensa que llegó a ese deseo porque durante su adolescencia y primera juventud fue una rebelde, "alguien imposible de tratar", como decían sus padres. Empezó a soñar con alguien que fuera capaz de doblegarla, esa persona que, según su madre, no podía existir, alguien que la pusiera a raya y contra la que no se atreviese a rebelarse. Estaba segura de que si la encontraba sería merecedora de ser su príncipe azul.
Algún tiempo después, jugaba con su pareja a ser dominada. Castigaba su mal comportamiento atándola a la cama o dándole una tanda de azotes, a veces entre las risas de los dos y otras creando un ambiente que cada vez se tornaba más sorprendente y excitante.
Cuando empezó a leer libros sobre BDSM se quedó fascinada. Llegó a desear con todas sus fuerzas ser esa esclava que, después de ser azotada, es introducida a cuatro patas en una mazmorra, a la que un Amo baja los humos haciéndole comer y beber en un bol en el suelo y a la que encierra luego en una perrera para que pase la noche. Ya no buscaba príncipes azules porque había aprendido que los príncipes azules no existen, pero sí empezó a buscar a un Amo que supiera doblegarla, que fuera capaz de someterla y vencer su rebeldía. Lo encontró un día y tuvo que reconocer que cambió su forma de ver las cosas y de enfrentarse a ellas, hasta el punto de que, siguiendo sus órdenes, no volvió a discutir con nadie ni a querer tener razón. Cuando estaba frente a él se sentía empequeñecida, insignificante, realmente sometida a su persona. Llegó a estar convencida de que él sería quien la llevaría a esa mazmorra tirando de su correa, quien le daría de comer en el suelo y quien haría que se sintiera como una perra o como un simple objeto cuya única utilidad es dar placer y satisfacción a su dueño.
Pero no contaba con los imponderables. Tampoco contaba con la mala suerte. Los imponderables de los recelos, de las imposiciones, de los destierros, de la vergüenza a ser descubierta. La mala suerte de la enfermedad, de los obstáculos insalvables, de la realidad que nunca coincide con los deseos que se tienen.
Hoy se conforma con servir a su Amo haciendo cosas que ya hacía hace años y espera el paso del tiempo como si esa fuera la solución o como si el tiempo fuese eterno y nada cambiase en su transcurso.
Dicen que cada tren pasa una vez por la vida de una persona. Ella tomó el suyo y lo sintió circular a una velocidad muy superior a la que creía como normal pero, por imposición, por ignorancia o por miedo, la obligaron a bajarse y a tomar otro. A pesar de ello nunca ha perdido la esperanza ni el deseo de regresar al suyo, siempre lo ha tenido en su cabeza y siempre ha tratado de reanudar su trayecto en él.
Pero una estúpida enfermedad no le permitió correr lo suficiente para alcanzarlo y se quedó allí, de pie en el andén, mirando cómo se alejaba, consciente de que lo había perdido, consciente de que era el último que pasaba, su último tren.

8 Comments:

Blogger Tarha said...

Aveces creemos que hemos perdido el tren,que nuestra ocasion paso,y ya no hay nada mas que hacer.Pero no es siempre asi.
En mas de un momento he creido que el sueño se habia terminado para siempre,que ya no volveria a volar,pero me equivocaba,ya hace años que este Guirre no cesa el vuelo.Paciencia y fe en uno mismo y todo es posible perrita.
Tarha.

02:33  
Blogger Isabelle{LB} said...

He dejado algo en mi blog privado para tí, que espero te anime aunque sea un poquito... y que mereces y mucho debo añadir :)

Y mientras haya vías y caminos por recorrer, nunca será nuestro último tren ;)

Un beso!

13:03  
Anonymous Anónimo said...

"la energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma"

De alguna forma, en algún momento, volverá ese tren a pasar delante tuyo, guarda tus energías que ahora son necesarias para estar saludable pronto, el tren volverá a pasar, paciencia...

21:44  
Blogger monah said...

Querida amiga, no creo yo mucho en eso del último tren... más bien que cada uno tiene el poder de fabricarse sus propias oportunidades... quien te dice a tí que dentro de, no sé, un año, si todo va bien, no valverás a estar donde estabas? en ese andén, viendo como llega el tren y subiéndote a él... confía en que será así, y no te des por vencida nunca ;)

Un besazo

12:17  
Blogger Flor de Lis said...

Y permitime agregar que si no es en tren en el último de los casos viajarás de otro modo hasta que lo alcances y aún lo superes.
Será a pie, o en andas , a upa si es necesario, pero seguís y seguirás.
Mi fe también te acompaña
Un beso grande
flordelis {SAA}

17:31  
Blogger lilaNegra{AMANDA} said...

Creo que no te das cuenta que sigues en el tren adecuado. Animo bonita. Veras que cuando ya estemos ancianitas, todas arrugaditas seguiremos hablando de esas tareas, de esos castigos, de esas entregas y esas ilusiones.
No corras pretendiendo tomar un tren que no haz perdido. Mejor camina de su mano. Dejate llevar al ritmo que sea conveniente.
Te beso y todo mi cariño para ti

00:55  
Blogger Jade said...

Paso de puntillas para decirte que tengo algo para ti en mi blog publico... de corazón :D

18:48  
Blogger Unknown said...

El tren esta compuesto por riéles. riéles de hierro, que estarán ahí, haciendo vía, por un tiempo largo...así que si lo pierdes al tren, seguro volverá. Retornará.

02:18  

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