jueves, agosto 02, 2007

En la playa


Una discoteca en una playa del Mediterráneo. Somos cuatro chicas con ganas de pasarlo bien, aunque sin demasiadas pretensiones de cómo hacerlo. Pedimos una consumición y charlamos animadamente durante un buen rato. Nos reímos, contamos bromas y hacemos balance del pasado invierno. Un rato después, se acercan unos chicos. Lo de siempre. Que si estamos solas, que si nos invitan, que venga. Aceptamos una invitación e iniciamos otra charla diferente. Más intrascendente, más caótica y mucho más absurda. Otras bromas, otras risas, algunas insinuaciones. Acepto bailar con uno de ellos y durante un rato lo hacemos sin notar todavía cansancio. Después, nos detenemos, hablamos, intenta ser agradable, muestra su lado sensual. Volvemos a bailar, regresamos con el resto de la gente. Pasa el tiempo, bebemos más de la cuenta, lo que hace que los saltos sobre la pista de baile no sean ya tan sencillos. Pero lo intentamos y mientras, mi acompañante se prepara para iniciar el asalto. Me cuenta un par de chistes, bromea, me río, nos reímos, me toca con disimulo y se vuelve a reír cuando le hago un gesto para que sepa que me he dado cuenta de sus intenciones. Eso le da pie para que empiece a insinuarse, lo miro y me doy cuenta de que está como un tren, le muestro una sonrisa bobalicona pero no soy consciente de que estoy atrapada entre una columna por detrás y su cuerpo por delante. Intento enfriar la conversación pero las palabhras no me salen muy fluidas, seguramente por el ron. Me vuelve a toquetear, ahora con menos disimulo pero aparentando inocencia. Le sonrío y le miro a los ojos segura de que está pensando que soy una zorra a punto de caer en sus brazos. Me río de mí misma al pensar en la cantidad de veces que me han llamado zorra en los últimos meses pero mi acompañante se cree que mi sonrisa se debe a sus méritos. Se acerca, me susurra algo al oído pero no me entero de lo que dice. Tengo calor y estoy sofocada. También estoy excitada. Intenta besarme pero interpongo la mano entre su boca y la mía. Me coge de las muñecas y me lleva despacio a la pista. Tratamos de bailar algo muy lento, apenas nos movemos, posiblemente porque la inestabilidad es mayor de lo que pensábamos. Me pierdo. Sólo siento sus manos que me aferran con fuerza, su cuerpo pegado al mío. Cierro los ojos y me dejo llevar.
Debe de estar a punto de amanecer cuando salimos a la calle. Noto en la cara el frescor de la noche y parece que me siento mejor pero por más que me pongo a pensar tengo muchos momentos de la noche en blanco. Ni siquiera recuerdo cuántos cubatas he bebido. Mi chico me rodea los hombros con su brazo y yo se lo retiro. Espera un minuto y lo vuelve a poner, añadiendo un achuchón.Pienso que no hay nada que hacer y se lo dejo puesto y así recorremos algunas calles, mis amigas conmigo pero cada una con su pareja. Mi acompañante acerca su boca a mi oreja y me susurra que me vaya con él a su piso. Instintivamente, me pregunto si le habré dado motivos para que se haya decidido a hacerme esa proposición.
"No puedo", le respondo, más que nada para salir del paso.
"¿No puedes?", se sorprende. "¿Por qué no puedes?".
"Porque mi Amo no me lo permite".
Le causo tanta sorpresa que se detiene, se gira hacia mí y me mira.
"¿Qué coño estás diciendo?" ¿Tienes un Amo?".
"Sí", le respondo, al tiempo que me encojo de hombros sin poder evitar una sonrisa.
"Joder, tía, estás como una cabra", reanuda la marcha después de quitar el brazo de mi hombro. "Venga, vamos, te acompaño a tu casa".

2 Comments:

Blogger Tarha said...

"Y alli,sentado en su trono de La Torre Roja,el Amo sonrio"....

01:57  
Blogger El Pasadizo Oculto said...

Como la vida misma.

Imagínate.

Si además.
Y a la inversa.

Una mujer se insinúa de y con formas geométricas :
persuasivamente :
repetidamente :
y al final :
le dices :

"No me atraes. Ni captas ni entiendes nada."
__________________


En el tránsito de Un Pasadizo Oculto

15:07  

Publicar un comentario

<< Home