martes, enero 16, 2007

A mi hermana



Hoy la Torre está un poco más triste y mucho más silenciosa. No se oyen ya las risas estimulantes ni los comentarios divertidos. No existen las conversaciones a duo con el Amo ni las observaciones ni se escucha ese hablar suave y cadencioso que tantas veces lo embargó todo.

Hoy me he quedado sola, sin la única compañía que he tenido durante tantos meses. Hoy, cuando mi Amo entre en el cuarto sólo podrá mirarme a mí. Cuando decida usar a sus esclavas sólo podrá usarme a mí, cuando quiera emplear el látigo o la fusta, cuando desee usar la cuerda, cuando busque ser servido, tener una criada o sentirse acompañado, no podrá escoger entre nosotras porque no habrá opción para elegir.

Hoy mi hermana nos ha dejado. Desconozco sus razones pero las respeto profundamente. Ha decidido abandonarnos y seguir su camino sin nosotros y yo me he sentido tan sola que no he podido evitar que una impertinente lágrima recorriese mi rostro como homenaje a lo que ella significa para mí.

Hoy, mi Amo y su esclava silvia han sido incapaces de hablar de otra cosa que de la esclava elena, no han intentado siquiera el más mínimo juego porque todo, su ánimo, sus palabras y sus recuerdos estaban impregnados de ella. Hoy mi Amo no se ha sentido con fuerza para darme una sola orden y yo, su esclava, no me he atrevido a contarle lo que tenía pensado porque no era momento para hacerlo.

Si hoy pudiera pedir un deseo, si tuviera a mi alcance una lámpara maravillosa, le suplicaría que hiciese todo lo posible para lograr su regreso, para que cuando mañana despertara, ella estuviese en la cama de al lado, durmiendo con esa placidez que da el sentirse en paz.

Pero elena nunca se irá del todo. Allá donde ella quiera estar, en un hospital, en un consultorio, en otra mazmorra o en un palacio maravilloso llevará una brizna de su Amo y de su hermana del mismo modo que su Amo y su hermana llevarán siempre lo mejor de ella.

Deseo que seas la más feliz de las esclavas, elena, que encuentres lo que quieres, que no me mires mal si en algún momento te he perjudicado y te digo que si mañana quieres volver mi Amo, que no puede decírtelo personalmente, y yo, que sí puedo hacerlo, seremos igual de felices que lo que lo hemos sido mientras has estado con nosotros.