domingo, enero 07, 2007

Cadena de esclavas


Anoche tuve un sueño. Soñé que había llegado a tierra a bordo de un gran barco repleto de esclavas y guardado por varios hombres de raza negra, los mismos que nos habían custiodiado durante la travesía. Y soñé que al salir del barco formaron varias hileras con nosotras, nos unieron mediante gruesas cadenas y nos condujeron a través del puerto primero y por algunas calles después, hasta llegar a una gran plaza que se hallaba abarrotada de gente.
Recuerdo que íbamos desnudas, con nuestras manos y con nuestros pies unidos mediante fuertes grilletes y recuerdo que cuando alguna de nosotras se retrasaba o levantaba la mirada o intentaba decir algo, uno de aquellos hombres se acercaba velozmente para azotarnos con fuerza con el objetivo de que reanudásemos la marcha o de que bajásemos la mirada al lugar que, como siervas, nos correspondía.
En el sueño que tuve anoche los hombres de raza negra iban subiendo una a una a las esclavas a un estrado desde el que se dominaba la plaza entera y se las ofrecían a los hombres que abarrotaban el sitio, los cuales pujaban por las que eran de su agrado. Cuando llegó mi turno, me izaron en volandas y me colocaron sobre el estrado junto a otro hombre, también de la misma raza, que hacia de maestro de ceremonias.
Y comenzó la puja. A los pocos minutos solo quedaron dos personas dispuestas a comprarme y es que, a pesar de los elogiosos comentarios del maestro nadie pensó que pudiera ser de gran valor. Uno de los que quedaron era un hombre gordo, rubicundo, grasiento, de hablar soez, que me queria como objeto sexual; el otro, era un hombre de unos treinta y cinco años, alto, delgado, con el cabello oscuro, aspecto limpio y acento suave y pausado que pujaba por mí para convertirme en su esclava personal. Al principio fueron parejos en sus pujas, subía uno y le respondía el otro, pero después de un rato, el hombre grueso y soez incrementó su oferta tan desmesuradamente que obligó al otro a renunciar a mi compra porque no disponía de tanto dinero.
Sentí que se me hundía el mundo y comencé a llorar entre las risotadas de aquella masa. Llanto profundo y sin consuelo, llanto amargo, obscuridad absoluta sólo mitigada por el rostro del hombre al que anhelaba y del que quería ser esclava.
Cuando anoche desperté del sueño, mi Amo se hallaba sentado en la cama junto a mí y me miraba con expresión de complacencia. Lo miré y le sonreí, volví a verlo mentalmente en aquella plaza y me sentí feliz porque lo que,verdaderamente, tuve anoche no fue más que un sueño.

2 Comments:

Blogger Nemesis&Warlord said...

dude! i fucking love the pics - Warlord aka the devil

02:28  
Blogger stygia{GRV} said...

y es que en la realidad... eres la esclava solo de quien te has entregado... Entiendo que sonrieras, entiendo que te sientas plena... y feliz...

Porqué eres libre para ser su esclava... no puedes ser más suya...

1 besito para ti, mis respetos a Tu Amo...

desde la laguna, en... http://elrincondestygia.blogspot.com...

Propiedad del Señor Gaurav

16:40  

Publicar un comentario

<< Home