jueves, agosto 24, 2006

La recompensa


El Amo entra en la habitación y ve a su sumisa que, desnuda, de rodillas, sentada sobre sus talones y con las manos en la espalda, le espera sin atreverse a levantar la cabeza para mirarle.
"Excelente, sumisa", la felicita el Amo. "Cada día te comportas mejor. Me tienes muy contento y para demostrártelo hoy vamos a tener una sesión en la que vas a disfrutar al máximo, dando placer a tu Amo".
Ha dispuesto la sesión en cuatro partes. La primera, los azotes. Una tanda de cincuenta azotes con la sumisa sobre sus rodillas como una colegiala traviesa, interrumpidos por cinco minutos de permanecer en un rincón de cara a la pared y seguidos por una nueva tanda de otros cincuenta, porque en algún sitio ha leído que cien es una cifra razonable. La sumisa obtiene así su primera satisfacción y para demostralo se queja y gime sin llegar al llanto.
La segunda parte es para que sienta el placer de la humillación. La ordena ir a cuatro patas hasta la cocina, así puede ejercer de perra, le prepare un whisky y regrese con él en la boca, a gatas y, por supuesto, sin derramarlo. La sumisa cumple su papel a la perfección y como premio, el Amo vierte en el suelo medio whisky y se lo ofrece para que lo lama, compartiéndolo con él.
Le sigue el bondage. Sumisa boca abajo en el suelo, brazos juntos en la espalda, muñecas juntas, piernas dobladas hacia arriba y cuerpo arqueado por las cuerdas. Como premio final, bragas dentro de la boca y una cinta adhesiva como mordaza. Y como, posiblemente, no esté obteniendo ninguna satisfacción, la consuela con una serie de toqueteos ante los que ella se siente indefensa y, por supuesto, feliz.
La última parte de la sesión trasncurre en el potro. Sumisa a caballo sobre él, manos atadas a la espalda, pinzas en los pezones y un leve movimiento de caballito de feria para que el placer sea completo y pueda trasmitírselo a su Amo.
"Bien, sumisa mía", le dice cuando ya ha terminado. "Has estado maravillosa. ¿Te ha gustado?"
"Sí,Amo, me ha gustado mucho"
"¿Has sentido placer"
"Sí, Amo, mucho placer"
"Magnífico. Creeme que ha sido una de las mejores sesiones que ha tenido tu Amo y para recompensarte y que obtengas ese placer que tanto ansías, para terminar, te voy a dejar que me la chupes"
La sumisa levanta la cabeza y mira a su Amo. Por primera vez, sonríe y comienza a dar saltos alocados.
"¡Oh! Sí, Amo, me va a dar usted el placer con el que he estado soñando durante toda mi vida", duda un instante y luego sigue. "Lo malo, Amo, es que no estoy segura de que se la pueda encontrar".

Y después de la broma las preguntas:
¿Qué creéis que sería lo que tendría que hacer el Amo o qué creéis que haría?"
1. Soltar una carcajada, darle un beso a su sumisa e irse juntos a tomar una copa.
2. Salir enfadadísimo de la habitación, dar un portazo e ir en busca de un protésico.
3. Imponer mil castigos horribles a su sumisa.
4. Expulsar a la sumisa de su cuadra.

3 Comments:

Blogger Ika said...

será la 1??
buen cambio para una historia silvia, me ha hecho bastante gracia. Besos.

05:06  
Blogger Tarha said...

Bueno,afortunadamente es algo que a mi no me ocurriria,ejem.
Tarha.

06:25  
Blogger amigospanko said...

No hay como una buena azotaina!!

11:20  

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