martes, agosto 15, 2006

El collar


Ayer me preguntó mi Amo que sería capaz de hacer para conseguir mi collar definitivo. Le dije que lo que quisiera ordenarme, en lo que pudiera parecer una respuesta poco meditada, fruto del anhelo por conseguir un collar que me llenaría de orgullo y de satisfacción. Se podria pensar que no fui capaz de prever que estaba en su derecho de exigirme las pruebas más difíciles, las más humillantes o aquellas que el sabe que me costaría media vida realizar. Y hasta ellas se fue.
"¿Y si te pidiera que usaras cera, que practicaras sexo con cualquiera, que le hicieras una felación al primero que te encontrases o que te exhibieras públicamente como yo te indicase? ¿Lo harías?"
Le respondí que sí; luego, añadí que para hacer lo que me pedía tendría que mandármelo y que estaba segura de que en ese momento no me lo iba a mandar. Mi Amo me aseguró que esas palabras demostraban mi confianza en él y que por supuesto no iba a mandarme hacer algo que pudiera perjudicarme.
Claro que confío en mi Amo, lo hago ciegamente y sé que nunca haría nada que pudiera perjudicarme. Por eso, al final de esa conversación le dije: "No sé en el futuro pero si algún día me manda hacer algo de eso, me gustaría cumplir sus deseos de la misma manera que los cumplo ahora". Pero sé que los deseos de mi Dueño no van por ese camino.
Al final de la tarde y cuando ya habíamos hablado de muchas cosas más me prometió que muy pronto me pondría la prueba para la obtención de mi collar y a mí, si pudiera, me gustaría pedirle que me la pusiera cuanto antes, porque si él cree que merezco llevarlo junto a mis grilletes, yo estoy deseando hacerlo.

1 Comments:

Blogger Tarha said...

Y bien sabes que jamas te ordenare nada que sea contrario a tu placer.
Tarha

01:32  

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