lunes, abril 30, 2007

Contradicciones


Llevo varios días intentando plasmar en una entrada en este blog algo que es absolutamente simple y a lo que, sin embargo, no consigo darle forma, tal vez porque no me atrevo a encararlo de manera directa y sin ambages. En concreto, lo que pretendo es, sencillamente, plantear una pregunta y deducir, según el sentido de la respuesta, si mi comportamiento ha sido correcto o no, así que para no darle más vueltas al asunto y para no perder más tiempo, me voy a limitar a hacer la pregunta escuetamente y sin ninguna clase de adorno.
¿Qué debe ser lo primero para una esclava, sus compromisos familiares o su comportamiento como esclava? Para mí, la respuesta es obvia aunque, de entrada, debo decir que ya, en la primera ocasión que se me ha presentado, he hecho todo lo contrario de lo que creo que se debe hacer.
Una de mis mayores ambiciones es ser una buena esclava, lo he dicho muchas veces. Pretendo llegar a ser (pretendía) una esclava total y es innegable que para una esclava total lo único verdaderamente importante es su relación de esclavitud y todo lo que ello comporta. Sin embargo, esta esclava ha puesto en un segundo plano esa relación por una serie de acontecimientos que se han producido en su entorno familiar.
Pero es que, aunque estoy convencida de que no existe otra alternativa, me siento inmensamente decepcionada conmigo misma. Aún no sé el motivo profundo de esa contradicción, de esa huida si se prefiere, algo que me remuerde la conciencia pero que muy probablemente volvería a hacer si la situación fuera la misma. No sé cuál hubiera sido el comportamiento de otras esclavas en mi situación y por eso hago la pregunta, aunque también es posible que sólo esté intentando poner una cortina de humo para disimular mi rendición.
En este instante sigo sin saber qué va a pasar, cuál es mi futuro como esclava y si será posible retomar ese momento tan especial en el que me encontraba. De lo único que estoy segura es de que si no hubiera sido por la actitud de mi Amo, por su comprensión, por sus ánimos, por su apoyo, por su confianza y por su renuncia a ejecutar el plan que ya tenía previsto, la esclava silvia hoy ya no lo sería.

miércoles, abril 25, 2007

A pesar de todo


La chica se acerca decidida hasta situarse frente a él. Le mira a los ojos, sonríe y aunque sabe que está incumpliendo las normas, le rodea el cuello con los brazos. Lo besa en los labios. Se da cuenta de que no lo espera por su falta de reacción, porque permanece impasible sin responder al beso; con las manos, eso sí, alrededor de la cintura de ella. Un minuto después, los dos ruedan desnudos sobre la cama.

miércoles, abril 18, 2007

El llanto de una esclava


Se me están secando los ojos de tanta lágrima vertida y el alma se me rompe de tanto llanto derramado. Paso las horas mirando a través del cristal de mi ventana y sueño con que llegue el momento de poder volar, de iniciar ese viaje imposible que me libre de todas las ataduras y de todos los prejuicios que cada vez me tienen más subyugada.
Se está muriendo una parte de mí misma porque están matando a esa esclava que llevo dentro y que es mi razón de ser. Siento una profunda tristeza al ser consciente de lo que me ocurre y me desborda no tener valor para mirar de frente a quien me impide ser feliz, carecer de fuerza para replicar y para exponer mis razones y no saber afrontar un presente que está truncando mi futuro.
Vivo con la única ilusión de que llegue ese momento en el que lo abandono todo y recorro la distancia que me separa del lugar al que anhelo llegar, sorteando de mala manera a las personas con las que me cruzo o esquivando a los coches desde los que me llaman de todo porque he puesto en peligro su seguridad y la mía. Una vez en el lugar elegido, me siento frente a la pantalla y espero a que aparezca la señal de que puedo iniciar mi sueño.
Enseguida empiezo a escribir y es entonces cuando comprendo que, a pesar de mi ridícula ilusión, de mis esfuerzos por imaginar que todo sigue igual, de mi absurda ingenuidad y, sobre todo, de las frases que veo aparecer en la pantalla, ya nada podrá ser como antes, por mucho que intente fingir. Y entonces, cuando compruebo su paciencia, el esfuerzo que realiza para que todo siga normal, su comprensión, cuando pienso en los sentimientos que han de embargarle al saber el fracaso de mi gran sueño pero también del suyo, es cuando las lágrimas vuelven a desbordarse y soy incapaz de hablar y de escribir, de atender a lo que estoy haciendo, incluso de elaborar un mínimo pensamiento porque me siento asfixiada, porque me da vuergüenza, porque he fracasado, también porque provoco hastío. Aun así, es el único momento del día que vale la pena vivir, incluso aunque, repentinamente, tenga que dejarlo porque estoy anegándolo todo con mi llanto, porque todos me miran y hay alguno que sonríe. Entonces, regreso a la calle y deambulo sin rumbo y sin esperanza, horrorizada de tener que volver a mi ventana, porque allí sólo existe el vacío.
Soy una triste esclava que es incapaz de servir a su Amo. Me he convertido en alguien que no hace otra cosa que llorar. Soy un fantasma, un remedo de sumisa, una pantomima.

miércoles, abril 11, 2007

La puta viciosa



Soy una viciosa, una tía rara a la que le pone que la zurren, que la quemen, que la encadenen en una jaula o que la marquen con un hierro candente. Soy una pervertida, una zorra caliente que se pasa el día follando con cuantos Amos o pseudoamos encuentro por el camino, que va siempre desnuda y que se pasea por las calles provocando a unos y a otros, mostrando que no lleva ropa interior, que porta bolas en el coño mientras se retuerce por las aceras en cientos de orgasmos espontáneos.

Soy una loca que ha defraudado la confianza y el amor de los que me quieren, de esos que ahora me critican porque soy como quiero ser. No importa que todo eso de que me acusan sea una pérfida mentira; no importa que solamente se trate de una forma de vida libremente elegida con la que no molesto a nadie ni obligo a nadie. No importa que jamás haya dicho una palabra acerca de mi vida, que no haya avergonzado a nadie. Y, mucho menos, importa que mi vida sexual sea tan normal como la de cualquier otra, seguramente más comedida y menos agitada que la de cualquier otra. Lo que importa es que soy una viciosa porque no pienso como ellos y una pervertida porque no voy con un novio y le engaño con cualquiera mientras él me engaña a mí con otra. Lo que importa es que soy una loca porque me he atrevido a llevar una vida diferente, porque disfruto más que ellos y porque he sido capaz de percibir sensaciones que ninguno de ellos es capaz de tener.

Pero da lo mismo. Ya me han juzgado y ya me han condenado. Viciosa, pervertida, putón, loca y rara. Para cumplir mi pena deberé pasar el resto de mi vida junto a un marido ejemplar que me zurrará, insultará, vejará y humillará con todas las normas legales a su favor; deberé follar dos días a la semana, por supuesto él arriba y yo abajo; deberé hablar de ropa, de detergentes o de niños, porque tambien deberé tener niños -lo correcto serían dos- y pudrirme haciendo algo que no quiero hacer porque tengo que redimir mi culpa.

Es igual. Han ganado y lo reconozco. No puedo luchar contra ellos porque son superiores a mí y por eso, hoy, siento por primera vez en todo este tiempo que acaso estoy llegando al final del camino.

jueves, abril 05, 2007

En el hotel


Es una habitación de hotel que llama la atención. Es más bien pequeña, con una entrada a cuya derecha se halla la puerta que da acceso al baño, mientras que a la izquierda hay un armario empotrado, con las puertas de corredera. La habitación propiamente dicha tiene una cama que, sorprendentemente, se encuentra completamente deshecha, una mesita de noche y una ventana al fondo, pero aunque el cuarto es diminuto, hay otra sala más grande al otro lado de un arco que hace las veces de puerta.
No sé si mi Amo me ha dicho que suba y que le espere en posición o si ya estábamos los dos dentro, razón que explicaría el desorden que reina por todos lados. Sé que estoy desnuda y que me explica lo que pretende de mí. Cogida del brazo me lleva hasta los pies de la cama, me pone de cara a la pared, me levanta los brazos con las muñecas esposadas y las sujeta a dos perchas que hay clavadas en la pared. Y comienza la espera.
Se me hace imposible explicar el cúmulo de sensaciones que me invaden mientras espero el primer azote. No es sólo el nerviosismo que crece conforme transcurren los segundos; es también la absoluta indefensión que se siente, la ignorancia acerca de las intenciones del Amo, de la fuerza que va a emplear o de los azotes que me va a dar. Durante un instante, pasa por mi cabeza la idea de desistir, de abandonar. Enseguida recapacito y me doy cuenta de que estoy ante la gran oportunidad de mi vida, de que es imprescindible que soporte el castigo. Entonces, llega el primer azote y doy un respingo, no de dolor sino de sorpresa. Siento que el corazón se me va a salir del pecho y el Amo vuelve a pegarme. No lo hace con severidad, lo hace extrañamente suave, hasta que en el momento más inesperado la intensidad del golpe aumenta significativamente. Ahogo un grito y espero. Me acaricia. Llega el siguiente azote, otra vez impregnado de la suavidad de los primeros y luego otro y otro y otro...., hasta que todo se ocurece y difumina, hasta que la escena entera desaparece.
Entonces, me doy cuenta de que todo ha sido un sueño y siento que el despertar me produce una profunda decepción. Luego, lo pienso con sosiego y en ese momento sé que si bien ha sido un sueño, también ha sido una premonición, la premonición de algo que ya está a punto de llegar.

martes, abril 03, 2007

Desprecio



Para los que emplean la mentira porque creen que así consiguen sus objetivos. Para los que usan la difamación porque creen que les beneficia. Para los que piensan que son superiores por algún extraño complejo de inferioridad. Para los que no respetan ni siquiera a aquellos que les han encumbrado, dirigido y tolerado. Para los que han tratado de apartarme, de eliminarme y de enfrentarme con quien jamás me enfrentaré, rechazando siempre la mano tendida y cualquier ofrecimiento de amistad. A ellos mi más absoluto desprecio y estoy segura de que el de toda la comunidad BDSM, porque jamás conseguirán engañar a nadie.

domingo, abril 01, 2007

Acertijo


Averiguar en cinco segundos quien, de entre todas estas personas, es la esclava silvia