jueves, noviembre 30, 2006

Contrato


silvia, esclava en posesión de su persona, consiente y manifiesta que desea y pretende entregarse totalmente en manos de Tarha, su Amo y Señor.
La esclava cede todos los derechos sobre su persona de manera que el Amo toma posesión de la esclava reclamando para sí mismo su vida, su futuro, su mente y cuantas posesiones materiales pueda tener.
Hoy mi Amo me ha mandado mi contrato de esclavitud para que pueda exponerle las dudas que se me presenten y para que le dé mi opinión con vistas a una redacción definitiva.

La esclava acepta obedecer y someterse por completo a su Amo, sin límite de tiempo, lugar o situación, no pudiendo negarse a obedecer cualquier orden que reciba. Su cuerpo pertenece a su Amo, que lo podrá usar cuando lo considere oportuno.
Aunque los contratos de esclavitud no son legales, éste sí lo será para mí, de manera que me comprometo a respetarlo de forma obligada en beneficio de mi Amo.

La esclava renuncia a todo derecho sobre su intimidad o a cualquier ocultamiento ante su Amo. Todo cuanto hasta ese momento tenga o haga pasará de ser un derecho a constituir un privilegio controlado por el Amo.
Soy consciente de que como esclava no tendré derecho a la intimidad, que todos mis actos y todos mis pensamientos serán también de mi Amo. También sé que lo que , hasta ahora, he conservado como un derecho, a partir del comienzo de mi esclavitud se transformará en un privilegio que mi Señor me dará y me quitará según su deseo.

La esclava no buscará a otro Amo y/o amante ni mantendrá relaciones sexuales o de sumisión con otras personas.
No deseo tener más Amo que a mi Señor Tarha, ni entregarme a otro Dueño, ni ser esclava de nadie. No mantendré relaciones íntimas ni en compañia ni en soledad, sin el permiso de mi Amo, aunque en muchas ocasiones no sea fácil reprimirse.

La esclava se denominará a sí misma como su perra, su puta o su zorra y se esforzará en aprender a agradar a su Señor y aceptará cualquier crítica que elija el Amo.
Me esfuerzo por ser la perra de mi Amo, una perra cada día más obediente y fiel, adiestrada convenientemente para ser indistinguible de una perra real. Me gusta ser la puta de mi Amo, comportarme como no me comporto con nadie, perder esa vergüenza que me impide mostrarme como lo que soy. Quiero que mi Amo me llame como desee, que use los nombres más humillantes porque son los que más merezco.

La esclava acepta que su Amo determine cuándo, cómo y dónde otros Amos pueden usarla.
Reconozco el derecho de mi Amo a cederme a otros Amos y ser usada por ellos en las condiciones que mi Dueño determine. Acataré los deseos de mi Señor al que obedeceré entregándome a los otros en la forma y hasta el límite que mi Amo determine.

1 Comments:

Blogger Tarha said...

Alea jacta est.
Tu suerte ya esta echada,tu misma has elegido tu destino,ahora simplemente disponte a cruzar el rubicon el placer de tu servidumbre te aguarda.
Tu Amo y Señor,Tarha.

00:42  

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